Me gusta andar, pero no sigo el camino
pues lo seguro ya no tiene misterio.
Me gusta ir con el verano, muy lejos
pero volver donde mi madre en invierno
y ver los perros que jamás me olvidaron
y los abrazos que me dan mis hermanos.
Me gusta el sol y la mujer cuando llora,
las golondrinas y también las señoras,
saltar balcones y abrir las ventanas
y las muchachas en abril.
Me gusta el vino tanto como las flores
y los amantes, pero no los señores,
me encanta ser amigo de los ladrones
y las canciones en francés
No soy de aquí, ni soy de allá.
No tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad.
Me gusta estar tirado siempre en la arena
y en bicicleta perseguir a Manuela
y todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal.
No soy de aquí, ni soy de allá.
No tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color
de identidad
Casi acaba el dosmil veinte. Pero antes de que termine, yo canto junto a Alberto Cortez imaginando que vuelvo a tener nueve años y saco la mano por la ventana del auto mientras mi tío maneja y suena ésta canción en voz de él y de mi madre, mientras vamos a alguna playa de vacaciones.
El año pasado, al menos estaba con mis hermanos.
Hoy sólo tengo esta canción.