te tallaría animales poligonales
en madera
un pequeño alhajero decorado
para guardar celosamente la llave del ropero
tus suéteres, tus jerseys y los míos
café en la mañana
y caminatas en silencio
una foto como último recuerdo
de las casas y los sitios
que dejé
las palabras en mi idioma
o en el tuyo
servidas como potaje a la mesa.
te daría mis amigos,
tres o cuatro libros que aún conservo
y los sueños que guardé
para que los llenes
con los tuyos.
si tan sólo hubiera una manera.